Los profesores e investigadores de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Autónoma del Estado de México proponen la creación de un observatorio gastronómico específico para la región. Andrés López y Héctor Favila consideran que un centro de estas características sistematizar y luego poner a disposición del público en general todo el conocimiento relativo a las diferentes cocinas locales del Estado de México.
El observatorio también se concebiría como una herramienta para académicos e investigadores, que podrían ampliar el campo de conocimiento, e incluso para el sector empresarial vinculado a la restauración y al turismo, que encontraría recursos de base para la innovación y el diseño de nuevos productos.
Pese a ser el más urbanizado, el Estado de México, con unas condiciones naturales excepcionales, es uno de los primeros productores agrícolas de México, destacando el cultivo de maíz y frijol, ingredientes básicos de los platillos más emblemáticos de la comida mexiquense.
“Quienes han visitado el Estado de México saben de sus secretos y suelen ir a San Martín de las Pirámides, Acolman y Malinalco por sus tacos placeros; a Villa Guerrero a disfrutar del pepeto; a la Marquesa a comerse un rico conejo adobado; a Tenancingo por unos tacos de obispo con salsa verde bien picosa; a Ocoyoacac por unas tortitas de haba; a Toluca por una torta toluqueña, por citar algunos, o en busca de las más diversos y variados platillos, entre los que destacan la pancita, la barbacoa, los guisos con carne de puerco, los tamales de charal, las truchas y las mojarras. También en temporada pueden saborearse los acociles, los chapulines y los escamoles, además de los sabrosísimos gusanos de maguey”, recomienda el portal institucional México Desconocido.