Según hemos sabido recientemente, en el país de México se desperdician cada año 10 millones de toneladas de residuos procedentes de la comida. Esto supone un 37 por ciento de la producción nacional, lo cual se refleja en precios más altos.
Se trata de unos datos muy alarmantes, sobre todo al tener en cuenta que México es un país donde parte de la población pasa hambre y existe una elevada tasa de desnutrición infantil, así como otros problemas relacionados con la alimentación como la obesidad infantil.
Además del impacto medioambiental y segun datos aportados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el valor de alimentos que terminan en desecho es de 120 mil millones de pesos anuales.
El derecho a una alimentación digna por la que tanto se lucha en México, choca de manera frontal con estos datos que cifran en un 20% de los alimentos producidos en el país lo que se convierte en deshechos, mientras que un 25% de los mexicanos no tienen acceso a la canasta básica.
Este año, la ONU proclamó el lema para la conmemoración “Piensa, aliméntate, ahorra y reduce tu huella alimentaria”, con el propósito de impulsar la campaña de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (por sus siglas en inglés FAO) que promueve la disminución del desperdicio de comida. El gobierno mexicano se ha propuesto mejorar las condiciones en este sentido buscando una redistribución adecuada de los recursos y reduciendo los desperdicios.