FéminAs empieza reconociendo “a todas las mujeres que han cocinado alguna vez en la vida” en una jornada donde han participado las Guisanderas de Asturias y la Asociación de Cocineras Tradicionales de Oaxaca.
El congreso ha defendido también el mundo rural bajo una perspectiva gastronómica, un futuro de doble sentido pues también “el futuro de la gastronomía pasa por los pueblos”.
El reconocimiento de las cocinas tradicionales como base de la gastronomía, la valorización del medio rural, así como la reivindicación de la mandioca como cultivo vertebrador y generador de comunidad han sido algunos de los ejes sobre los que ha girado la primera jornada de FéminAs, el I Congreso Internacional de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural. Temas todos ellos que tienen en común la importancia del papel de la mujer en su desarrollo, un aspecto que se ha demostrado comparten diversos territorios, como Asturias con sus guisanderas, México y las Cocineras Tradicionales de Oaxaca, pasando por las cultivadoras de mandioca argentinas o el recetario popular y familiar portugués.
Amada Álvarez, Celia Florián, Narda Lepes o Justa Nobre han sido algunos de los nombres propios de esta primera jornada de FéminAs, que ha inaugurado en el Teatro de la Universidad Laboral de Gijón la consejera de Cultura, Política Lingüística y Turismo del Principado de Asturias, Berta Piñán, junto a Benjamín Lana, presidente de la división de Gastronomía de Vocento. Gracián, a la que ha acompañado la viceconsejera Graciela Blanco y la alcaldesa de Gijón, Ana González, ha destacado la oportunidad de FéminAs para reforzar “el papel de nuestras guisanderas, que tanto tienen que ver con nuestra cultura y también con nuestro turismo y economía”. Es uno de los objetivos del congreso, “junto al de aunar en palabra y cuchara tres de los temas más importantes de la sociedad actual: el futuro viable de la ruralidad, la sostenibilidad necesaria y el papel que las mujeres. Y vamos a declinar cada uno de ellos conociendo Asturias. Y como nexo de todos ellos, la gastronomía, piedra vehicular”, explicaba Benjamín Lana.
“Para todas las mujeres que nos han dado de comer en algún momento de la vida”
El papel de las cocinas y cocineras tradicionales ha protagonizado la mañana de la jornada inaugural con la participación de dos de sus asociaciones más activas e importantes a nivel mundial: El Club de Guisanderas de Asturias y la Asociación de Cocineras Tradicionales de Oaxaca (México).
Ambas asociaciones han querido aplaudir a “todas las mujeres que nos han dado de comer en algún momento de la vida”. Lo ha hecho especialmente Celia Florián, presidenta de las Cocineras Tradicionales de Oaxaca (México), asociación creada en 2015 que ha recibido el Premio ‘Guardianas de la Tradición’ del congreso por “la labor de protección del legado de lo mejor de las muchas y variadas cocinas de México”. Florián, y Charito Cruz, también de Cocineras, han traído hasta España “un poco de lo que somos y lo que defendemos” elaborando en directo un chocolate (a base de cacao, canela, azúcar y almendras molidas) mediante un metate tradicional. “Si vienes a Oaxaca y no pruebas un chocolate en metate, es como si no hubieras venido”, explicaban divertidas.
La unión con lo tradicional, con el respeto de la mujer en la cocina, “lo que siempre ha cocinado”, explicaban las mexicanas, ha seguido con la participación de Amada Álvarez, presidenta del Club de las Guisanderas de Asturias, “dos entidades hermanadas”. Las Guisanderas nacieron como colectivo - “aunque siempre hemos existido”- en 1987 para “visibilizar el papel de la mujer en la cocina y para recuperar la memoria histórica culinaria de Asturias en este caso, aunque seguro que hay más guisandera por todo el país”, explicaba Álvarez, quien acababa recordando que “los platos del futuro vendrán de las recetas del pasado”.
La mandioca, la cocina de Tras-Os-Montes y el futuro rural de la gastronomía
En esta primera jornada también han participado la cocinera portuguesa Justa Nobre (O Nobre, Lisboa), una referente y una gran defensora de la cocina elaborada en la provincia de Tras-os-Montes, y la argentina Narda Lepes (Narda Comedor, Buenos Aires), que lo ha hecho lanzando un grito de visibilidad para todas las comunidades del mundo que producen mandioca, “un súper alimento de 1.000 nombres (yuca, aipim, guacamota, casabe, lumu…) que asienta territorio en zonas rurales y pobres y cuya recolección corre a cargo de mujeres”.
Las ponencias han finalizado con la intervención de las directoras y jefas de sala Amaranta Rodríguez, de Culler de Pau; Marián Martínez, del Cenador de Amós, y Sandra Manzano, de Casa Marcial. Las tres han dignificado las profesiones de sala, han pedido mejores horarios y han clamado a favor de la ruralidad. Las tres gestionan locales en pueblos, “por lo que tenemos más cerca a los productores y disminuimos la huella de carbono, además de aumentar la experiencia del comensal”, comentaba. Por ello, Martínez era categórica: “El futuro de la gastronomía pasa por los pueblos”.
Italia, México y Asturias en dos ágapes únicos
La jornada del lunes ha celebrado una comida en el restaurante Vista Alegre de Colunga oficiada por las chefs locales Ana María Merino y Cristina y Ana Collado junto a la italiana Viviana Varese (Viva*, Milán, Italia), y se clausurará con una cena donde las cocineras de los restaurantes asturianos Casa Telva (Valdesoto, Asturias) y El Llar de Viri ofrecerán un ágape a seis manos junto a Florián y Cruz, de la Asociación de Cocineras Tradicionales de Oaxaca (México), en una confraternización astur-mexicana.
Este martes, Leo Espinosa
Este martes, Féminas celebra su segunda jornada con la participación, entre otras, de la chef Leo Espinosa (Leo, Bogotá), la cocinera más importante de Colombia y una de las mayores figuras de América Latina. No en vano, en 2017 fue nombrada Latin America’s Best Female Chef Award.