Esta comida típica mexicana es una de las preferidas para celebrar fiestas patrias posee un secreto poco conocido.
Su historia se remonta al México prehispánico, no era cualquier platillo, sino una comida muy especial que sólo podía ser consumida en muy pocas ocasiones, puesto que tenía un carácter ritual muy alto. Actualmente el pozole se prepara con maíz, chiles y carne como base, hay varios tipos de pozoles, pero en general está es su base.
Actualmente usamos carne de res, puerco o pollo, pero originalmente se elaboraba con carne humana ya que sólo se podía consumir de manera ritual “si entre guerras era derrotado un guerrero y al morir se podía consumir su carne”.
Fray Bernardino de Sahagún nos da un breve relato en su “Historia General de las cosas de la Nueva España” En las ceremonias al dios Xipe Tópec al Moctezuma se le daba un plato de pozole con un pedazo de prisionero sacrificado.
Es decir de la tierra venimos y al morir continuamos con nuestro ciclo de vida alimentando a la tierra. Actualmente lo vemos como algo descabellado (canibalismo), pero hay que entender los modos prehispánicos de pensar y no juzgar desde nuestra perspectiva actual, porque para nada eran gente incivilizada, sólo poseían costumbres que nosotros no entendemos con facilidad.
Era un honor ser consumido en pozole. Con el pozole se creía que se adquirían las fuerzas del guerrero derrotado, además aportaba protección, esté pozole sólo podía ser consumido por la familia del guerrero vencedor..
Al saber esto sólo queda invitarlos a degustar un buen pozole rojo.
Manuel Serrato Mandujano, alumno de la Licenciatura de Turismo y Gastronomía en la Universidad de Celaya
