El tamal es un platillo elaborado con masa de maíz relleno de carnes, verduras o chiles y está envuelto en hojas de mazorca de maíz, de plátano o de aguacate.Hay muchas variedades, de hecho podemos encontrarlo en prácticamente todos los países de América Latina.
En el caso de México, y con respecto a la época prehispánica, el tamal era un platillo cotidiano en la cultura del país no sólo en términos culinarios, sino que también se utilizaba en rituales religiosos. Por ejemplo, y como muestra de su impronta cultural, los aztecas en una festividad conocida como “Ingesta de los tamales de agua”, y que se celebraba cada ocho años, solo comían tamales cocinados al vapor.
En la actualidad, y debido a su importancia cultural en el país, el tamal es un plantillo característico de la gastronomía mexicana. Principalmente está asociado con celebraciones y festividades, especialmente durante Navidad o como ofrenda en el Día de los Muertos. Existen muchas variedades en México, cada estado ha adaptado la base de la receta tradicional a sus particularidades gastronómicas.
Las principales diferencias las encontramos en lo que respecta a su envoltura (puede usarse hoja de plátano, hoja de maíz o papel especializado de cocina) y a sus ingredientes para el relleno (dulces o salados, el tipo de chile que se utiliza, etc.).
Los tamales de Ciudad de México están elaborados con masa de maíz y están envueltos en hoja de maíz. En su relleno los ingredientes más comunes son: carne de cerdo o pollo, queso, salsa verde o roja y rajas.
Los tamales en Guadalajara son esponjosos, y están elaborados con masa de maíz, y envueltos en hoja de este mismo cereal. Su relleno puede ser muy variado: de pollo, verduras, con champiñiones, calabaza con elote, o incluso dulce con frutas.
Por ejemplo, los tamales del Norte del país tienen la particularidad de que son los más finos. Se elaboran con masa de maíz y están envueltos con la hoja de este cereal. Lo más frecuente es que se consuma en guiso de carne o de verduras.
Por su parte, y en contraposición con los anteriores, los tamales tabasqueños se caracterizan por su gran tamaño. Los más comunes son los de masa colada, conocidos como “caminito”. Su relleno puede ser de pollo o cerdo, aunque también hay variedades que están rellenas con tomate, cebolla, perejil, cilantro y carne de pollo o cerdo. Independientemente de las variedades que haya, los tamales tabasqueños están envueltos en hoja de plátano.
Por último, aunque hay muchas más variedades, los tamales de Zacahuil. Se prepara en una tina de metal de hasta tres metros y se cuece en un horno de tierra calentado con brasas de leña. Su masa está elaborada con maíz que se pinta con polvo de chile seco para que adquiera un color rojizo.
Este tamal está relleno de carne de cerdo o pollo y está cocido con los huesos del animal. Es un platillo caldoso que suele ir acompañado de chiles jalapeños, zanahorias y cebolla.