Una consultora especializada de Hong Kong CatchOn llevó a cabo un curioso experimento que demostraría que la presencia y la comunicación con el chef cambia la percepción y experiencia que los comensales tienen en un restaurante.
En la prueba participaron 48 personas que fueron invitadas a comer a un restaurante francés en la capital asiática bajo el pretexto de que formarían parte de una estrategia para ayudar a un chef a mejorar un platillo. Se trataba de un Risotto al azafrán con regalíz y limón.
A los comensales se les ofrecieron dos versiones del platillo: una con materia prima de mayor calidad que se llevó a la mesa con una tarjeta en la que se explicaban los ingredientes y otra con productos de calidad inferior que el propio chef presentó a los invitados acercándose a la mesa.
Cuando los comensales fueron interrogados sobre cada uno de los platos, de acuerdo con distintos criterios, incluyendo calidad, sabor, estética y olor, el 77% valoraron mejor la segunda versión.
La consultora presenta el estudio como una prueba de la necesidad de que los chefs sean comunicadores efectivos y de la creciente importancia de la personalidad del chef en la cocina actual.